LA NIÑA Y NIÑO QUE QUERÍA SER GRANDE
- Juancarlos Gonzalez

- 8 feb 2024
- 3 Min. de lectura

¿En que parque te encuentras?, ¿en que columpio?, ¿en que árbol estas subido en este momento?, ¿cual charco es tu favorito que te encuentras chapoteando?, ¿en ninguno de los lugares mencionados te encuentras ahorita?, ¿por que no?, ahhhh es porque ya somos adultos, ya eres mayor; como dirían todos.
¿Que paso con los videojuegos?, ¿que sucedió con los avioncitos de papel?, ¿donde dejaste a las muñecas?, ¿que sucedió con las toda la batería de platos plásticos que tenias para entrenar jugado cocina?, no dejemos de lado tu peluche que era tu compañero fiel, cuéntame que sucedió con esa aventurera, con esa chica que se miraba en el espejo cargando una muñeca bebe dandole un biberón, que nos paso que dejamos el camión de juguete por uno de verdad, cuando fue que el vivir de sueños, el despertar tarde los fines de semana y solo leer historietas el esperar la tarde para jugar con los amigos del vecindario o cuadra como le llamamos en mi país, se perdió, duele recordar ¿cierto?
Cuando es que la vida en vez de vivirla, la tienes ahora para sufrirla. ¿Cuándo nos volvimos prisioneros del dinero?, si tan fácil que era de niño el solo jugar esperando que cualquier misión o al pasar el nivel teníamos monedas, el que tuviésemos un par de billetes en nuestra alcancilla nos sentíamos millonarios.
Podíamos vestirnos con la misma ropa hasta por tres dias, claro si nos dejaban nuestros padres, pero no le poníamos importancia. No digamos el lavarnos los dientes, nos divertíamos si nos golpeábamos la sangre era trofeo, un par de golpes era un buen indicio que el juego estuvo brutal.
No importaba donde dejáramos la muñeca tirada, lo bueno es que se podia cuidar sola y si la buscábamos estaría allí donde la dejamos. Los crayones no eran problema, con que tuviésemos el color que nos gustara podíamos hacer obras de arte no solamente en papel, nos podíamos poner creativos hasta las paredes o pisos, éramos felices con tan poco.
Entonces te pregunto ¿cual fue la urgencia de crecer?, tenias solamente un par de añitos para disfrutar y un resto para gruñir. No me malinterpretes, el ser adulto dependerá mucho de tu punto de vista y optimismo para agarrar el día. Pero si tuvimos la oportunidad de ser reyes de nuestro castillo imaginario, ser la princesa o reina esperando conquistar el mundo.
Se nos dio el poder de regeneración ante las aventuras, el encanto para gritar y cantar a todo pulmón con nuestro cepillo como micrófono, poner colas de caballo todo el día, se nos dio un pedacito de cielo y solo queríamos ya llegar a tierra para crecer porque creímos que era genial.
Cuando el niño o niña dentro de ti ve en lo que eres ahora, puede estar orgullosa u orgulloso, ya eres el astronauta que esperabas, la jinete con su caballo pony que siempre quiso, el constructor con sus propios tractores, una mama con su bebe de juguete que se convirtió en realidad, pero ese niño o niña tuvo que dar unos pasos atrás para estar en la soledad y oscuridad para dar paso a la adultez, esperando paciente a que algún día te acuerdes de el o ella, lamentablemente los monstruos del estrés, trabajo, dinero y responsabilidad mantienen en castigo a ese pequeño en las sombras.
Esto es una linterna para ti, porque se que ahorita recordaste algo de tu niñez y eso es bueno, escucha el llamado, siente la música, que regrese la alegría, la picardía y la locura.
Lanzemos una cuerda a esa personita que te espera ansiosamente para volver a jugar contigo, dale una espada para batallar con esos monstruos, porque no un micrófono para cantar hasta que los mismos también te escuchen que ya no tienes miedo. Que tus muñecos se vuelvan tus aliados para ir a traer a tu compañera de esa esquina y ponerse a bailar juntas.
Es que los monstruos son muy grandes y no me da tiempo dirás, oye ¿que edad tienes? Si has logrado llegar hasta aquí, una palmada en la espalda para ti; recuerda ese pequeño o pequeña seguirá esperando por ti, aunque sea por cinco minutos detente y vuelve a reír, vuelve a crear e inmaginar, es el primer paso para hacerte sentir niño nuevamente.
Así que, yo ya tengo mi linterna, que te parece si vamos por la capa y un par de compañeros muñecos para la siguiente aventura de rescatar a tu mejor amigo o amiga.



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