AFILA TU KATANA

Cual espada afilada o no tan afilada estará tu boca, palabras que serán las claves al momento de hablar; quiere decir que siempre tus palabras determinarán el grueso de la herida o serán suaves como el algodón de la gaza que cubre y sana otra.

Aunque las lancemos al aire seremos nosotros mismos que las escuchamos, nuestras palabras tienen poder, nuestros gritos tienen experiencias, nuestros susurros, picardías, nuestros sollozos, esperanzas; toda expresión que salga de nuestra boca será nuestra arma para este mundo que está en guerra fría.

No guardemos nuestra espada esperando el momento correcto para usarla, debemos de estar preparados en cada momento para poder usarla. No hay peor desilusión de un guerrero o guerrera del perder la oportunidad de decir los sentimientos a esa persona que en silencio ama o no tener la fuerza para decir las ideas en el momento propicio en que un trabajo lo amerite.

No dejemos la oportunidad de blandir nuestra espada contra el contrincante más grande que tenemos, el miedo a ser diferentes, el miedo al rechazo, al desamor y al desapego, somos nosotros mismos los que tomamos las situaciones, de allí dependerá de nuestra capacidad de manejar nuestra espada.

No nos cansemos de entrenar, tampoco saquemos la espada por gusto; cual herramienta que nos dará el empuje a realizar nuestros sueños como también realizar nuestras actividades cotidianas, como tu cuerpo lo tienes que ejercitar, igual con tu katana es parte de ti entre más la utilices sabiamente, te darás a notar; mejora, improvisa, supérate, vuélvete tan bueno o buena hasta que no te ignoren.

El pasado es el eco del presente, tu katana muere contigo, acero forjado por los mismos dioses, por lo tanto si no la cuidaste y la dejaste oxidar siempre hay oportunidad de limpiarla y poderla retomar donde la dejaste, eso sí, el tiempo no perdona y con tu arma no es la excepción, cojámosla desde la empuñadura así como quieres que tus palabras sean escuchadas delicadas pero con fuerza, sencillas pero con temple, amorosas como que dejen marca; todo esto para que al momento de guardarla hayamos dejado huella, una seña que llevará tu nombre.

En este mundo de caos, en donde muchos y muchas han dejado que sus espadas sean olvidadas, sin cuidado, sin la enseñanza adecuada, sin el amor propio; donde reina el egoísmo, la saña, la tristeza y el enojo prefiriendo estas que se vuelven balas asesinas contra el crecimiento de nuestra felicidad, amor y comprensión de nosotros mismos.

No dejes que tu espíritu de lucha se corrompa, vuelve a tus orígenes donde una espada a pesar de mal cuidada puedes restaurarla, con ello te brindara la oportunidad de algún momento a aquellas personas que las consideraste enemigos o enemigas puedan ser tus compañeros de lucha para tus futuras aventuras.

Te espero en el campo de batalla para que el día en que nos encontremos, crucemos un par de palabras y levantemos nuestras espadas con el son de respeto como hermanos fraternales de lucha de esta aventura llamada vida.