LA PARED DE OCHO PULGADAS

Que ganas son las que tenemos de agarrar un ladrillo todas las mañanas, ese peso muerto que nos acarrea al fondo del lago, bloque que nos espera sin moverse a la orilla del puente con un lazo tan fuerte que en vez de acortarse se hace mas largo mientras mas lo usamos y lo peor es que nos gusta.

Mejor droga que se pudo inventar, idiotizándonos y matando toda posible idea creadora con miedo a ser eliminada por criticas y preocupándonos por el que dirán. Con una fuerza descomunal nos ha abordado el temor al fracaso, no por nosotros si no por la necesidad de ser aceptados.

Ya nuestra felicidad efímera se basa en los me gusta y nuestra frustración eterna sera por el silencio del espacio vacío en las redes. Nuestra línea recta hacia el horizonte nos lo tapa el suelo no sera por la curvatura del planeta, si no de nosotros mismos que nos pesa cada vez mas la cabeza por tener colgado a nuestro cuello ese ladrillo.

Buscamos respuestas, guías, que nos digan que hacer, hasta creemos que el amor ha de encontrar, falacias y fantasias resguardadas en ese espacio tan pequeño que esperamos que logremos grandezas sin darnos cuenta el tiempo ha pasado, en un cerrar de ojos las horas que pudimos hacer muchas cosas solo una con seguridad hemos logrado, hacer dormir a la creatividad y dando lugar a la culpabilidad la cual ira muriendo poco a poco también.

Que mas se puede pedir, cerebro sedado, músculos petrificados, imaginación con grilletes solo esperamos con reloj en mano a que el tiempo pase y que la vida transcurra, solo por cumplir con el periodo que Dios disponga y que este espere la culpa que le mientes por la clase de vida que te dio, sin responsabilidad alguna de parte nuestra, que belleza es la hipocresía.

Un día estaremos con posición en vista al cielo, pero con ojos cerrados y con una madera de pino si bien nos va, donde la luz no volverá.

Porque esperamos al mañana en la oscuridad solo con la única luz en nuestro rostro, porque

no extendemos la mano y dirigimos la mirada por un momento a lo que nos rodea, somos los únicos guardianes de esta prisión, nadie nos tiene en la mira esperando a huir.

Somos dueños de nosotros mismos, aunque muy profundo tenemos todavía la fuerza para levantarnos para otro día, antes que tomes es píldora de 194 gramos para adormecerte, lánzate de la cama, aunque te sientas mareado porque te llego oxigeno al cerebro no te detengas allí, da tu primer paso, vez que puedes respirar sin necesidad de que te pongas esa careta que te cubre la vista y tu respiración, octopodo que te toma sin previo aviso, siempre listo a que no caigas en esos tentáculos.

Se tenaz, se fuerte, se valiente, se libre, hay un sol esperando que lo veas, un océano para que lo sientas, una música para deleitarte y una pareja para disfrutarla.

Me cuentas en los comentarios como te fue sintiendo el pasto de tu jardín.