LOS BESOS EN LA ALMOHADA
- Juancarlos Gonzalez
- 15 may 2024
- 2 Min. de lectura

Cuál anfitrión de un espacio que ya sea a tu gusto, puede ser tamaño king size como imperial, resguardando tus mas íntimos secretos, sonrisas y lagrimas. Confidente y hasta amante que henos de apretar con los dientes dependiendo del humor, las ganas y sentimientos que tengas.
Delirios, penas y algunos eros que acompañan la noche, no es de entender o comprender que nuestro vecino quien nos cuida nuestros sueños hay veces que quisiéramos que tuviese cuerpo, cara y sentimientos.
Monólogos nocturnos que se tienen con un compañero ya sea interno o que ya le tengamos hasta nombre, digamos lo que digamos esperamos que no nos regrese una respuesta negativa, porque es nuestra mejor pareja.
Un abrazo o apapacho cálido acompañado que se te pegue a tu cuerpo una sabana que en momentos esperas que tenga pecho y piernas para rodear tu cuerpo, bello sentimiento de unidad, picardía y locura, ¿porque no?, si es tu espacio, no hay pena de reír, patalear, llorar o gritar, reconfortante de tu amiga o amigo de algodón, quien tomara tu cabeza y te dirá que todo estará bien para el día venidero.
Un beso sensitivo en tu sueño donde no quieres que acabe, porque no hay mejor argumento entre cabeza y corazón que ese nombre que resuena tu cuerpo lo apetece, donde las mentiras ni las hipocresías no tienen cabida; ni santos ni diablos existen en este espacio, donde las cosas mas locas dan lugar a las mas cuerdas. Aventuras como futuros compromisos pueden llegar a ser huéspedes por una noche, donde nuevamente nuestro vecino nocturno puede reclamarnos como felicitarnos.
Una noche o temporadas nocturnas, donde el techo es nuestro cielo y el silencio da cabida a nuestras platicas combirtiendose en razones de buscar nuestros sueños. Mejor momento de buscar esos brazos cuya felicitación necesitas de un trabajo bien hecho durante el día. Piel necesita piel, si eres afortunada o afortunado aprieta esa vecina o vecino hasta sentir ese latido que digas gracias a Dios que estoy vivo.
Quien dicta que las locuras escuchadas por nuestro anfitrión deben de ser repetidas a voces, que a pesar de la compañía el secreto impera, la confianza no se rompe, puede cambiar de lugar y personas, pero ella o el nunca nos traicionara.
Solo o acompañado, los celos no forman parte de esa comunión, aunque en el mismo espacio se encuentren más, siempre tendrás preferencia de tu pedacito de algodón y si solamente tienes una no peleara si la compartes, al contrario, se sentirá a gusto de poderte acompañar en ese momento con tu pareja, no quiere decir que no habrá noches que preferirá estar con tu acompañante, pero pasa ser parte del trato.
Ya sea piel o algodón que tus noches estén acompañadas de locura, pasión, sonrisas, lagrimas, gritos o penas pero que al día siguiente puedas dejar ese espacio con el sentimiento de un nuevo comienzo, recordando que en la noche ese alguien o tu pedacito de algodon estará para reconfortarte.
Comments